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Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

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Qué es el trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) está caracterizado por una ansiedad crónica y preocupaciones de carácter excesivo (con una duración superior a los seis meses). Suele comenzar en la adolescencia o principio de la vida adulta (Roy-Byrne & Cowley, 1999)

La característica esencial de este trastorno es la preocupación, junto con una ansiedad excesiva

Los temas que comúnmente preocupan a las personas con TAG son semejantes a los que preocupan a la mayoría: la familia, la salud, el trabajo, la situación económica, etc.

Las personas que padecen TAG tienen menos preocupaciones realistas y menos capacidad para detenerlas o controlarlas

La preocupación consiste en pensamientos reiterativos sobre un problema futuro, que se experimenta como aversivo y relativamente incontrolable

En el TAG también se suelen presentar trastornos y enfermedades relacionadas con el estrés (cefaleas, hipertensión, úlceras e insomnio)

Preocupaciones principales en el TAG

Problemas inmediatos anclados en la realidad y modificables

Conflictos interpersonales, puntualidad, forma de vestirse para una ocasión

Problemas inmediatos anclados en la realidad e inmodificables

Enfermedad crónica de un ser querido, situaciones injustas no controlables

Acontecimientos muy improbables no basados en la realidad

Posibilidad de arruinarse o de caer enfermo en ausencia de dificultades económicas o de salud

Síntomas del TAG

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) presenta los siguientes síntomas:

01.

Ansiedad y preocupación excesiva, que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades

02.

Al individuo le es difícil controlar la preocupación

03.

La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los síntomas siguientes: facilidad para fatigarse, irritabilidad, tensión muscular, dificultad para concentrarse, sensación de estar atrapado o con los nervios de punta, problemas de sueño

04.

La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento

05.

La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a otra afección médica (p. ej., hipertiroidismo)

06.

La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental

El cuadro general de las personas que sufren el trastorno de ansiedad generalizada es un estado constante de tensión, preocupación y desazón.

El proceso fundamental es el de aprensión ansiosa, definido como un estado de ánimo orientado al futuro, en el que la persona intenta estar constantemente preparada para enfrentarse con los acontecimientos negativos que puedan acontecer (Barlow et al., 1996; Barlow, 2002).

¿Por qué se produce el TAG?

El trastorno por ansiedad generalizada (TAG) parece ser un trastorno bastante común y el más frecuente de todos los trastornos de ansiedad. Es por esta razón que las investigaciones se han dedicado durante décadas a analizar las causas de su aparición, pero sobretodo, de su mantenimiento (o cronicidad). De otro lado, decir que el TAG representa un trastorno mental en el cual no se ha encontrado que la genética desempeñe un papel específico sustancial. McLaughlin, Behar y Borkovec (2008) revisaron los estudios de gemelos con relación al TAG y consideran que, tomados conjuntamente, se pone de manifiesto que su heredabilidad es baja. 

Los modelos explicativos psicológicos se han centrado en estudiar cómo la ansiedad acaba por generalizarse y convertirse en un problema, es decir, se han centrado en conocer las causas de la génesis y del mantenimiento del TAG. 

Como se observa en la imagen de arriba, una de las causas de mantenimiento del trastorno de ansiedad generalizada es que «la situación preocupante» va ligada a una sensación de indefensión (de vulnerabilidad e incertidumbre) que es afrontada a través de una estrategia de control: la preocupación excesiva. Con esto no quiero en absoluto decir que al preocuparnos estemos afrontando erróneamente las situaciones preocupantes, sino más bien al grado en que lo hacemos (el exceso es dañino).

La preocupación excesiva proporcionará al sujeto una clave que mantiene el modo en que afronta las dificultades: un aumento de la sensación de control (alivio). Y a su vez, dos consecuencias negativas o desagradables: un aumento de la percepeción de amenaza (preocupándose cada vez por más cuestiones) y una responsabilidad patológica, donde el individuo interpreta su influencia para solventar los problemas de forma sobredimensionada o sobrestimada.

Paradójicamente, el inidviduo «se calma» a través de la preocupación (siente el problema «más controlado»), pero a cambio las consecuencias le pasan factura en forma de síntomas somáticos (especialmente de tensión motriz, temblores y fatiga) y relacionados con estrés (dolor de cabeza, hipertensión arterial, colon irritable, trastornos gástricos, insomnio, manos frías y pegajosas, boca seca, sudoración, náuseas o diarreas, poliuria, problemas para tragar o quejas de tener algo en la garganta, etc.). Las dificultades para concentrarse, la inquietud y la irritabilidad suelen ser también motivo de queja de estos pacientes, que habitualmente, no relacionan los síntomas somáticos con la manera en que afrontan los problemas (la preocupación excesiva).

Para más inri, cuando el individuo además «acierta» con su preocupación o prevee algún acontecimiento amenazador con éxito (altamente probable) se ve reforzado a continuar adoptando esa forma de afrontamiento (la preocupación excesiva). Por lo que se crea así un círculo vicioso: «no puedo dejar de preocuparme porque si lo hago sufriré, pero sufro si sigo preocupándome».

La preocupación ayuda

  • Ayuda a encontrar soluciones
  • Aumenta sensación de control
  • Atención hacia lo amenazante

Problemas inmediatos anclados en la realidad e inmodificables

Enfermedad crónica de un ser querido, situaciones injustas no controlables

Tratamiento del TAG

En las últimas dos década, las terapias cognitivo conductuales están mostrando empíricamente una eficacia considerable, siendo, en algunos casos,
tratamientos bien establecidos. Uno de los elementos centrales de esta terapia es la psicoeducación, enseñando al paciente las causas del trastorno y el mantenimiento del problema aclarando conceptos como intolerancia, incertidumbre, evitación, valoración de la preocupación… 

La terapia persigue ciertos objetivos como: 

Reconocer, aceptar y afrontar la incertidumbre, no eliminarla (dado que es imposible)

Ayudar a identificar y diferenciar entre preocupaciones realistas-modificables, realistas-no modificables y no realistas

Ayudar a manejar y confrontar las expectativas y preocupaciones catastrofistas

Ayudar a identificar la hipervigilancia, no emitiendo conductas de seguridad para calmarse de manera paulatina

Entre las técnicas de intervención empleadas para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada, se destacan:

Técnicas de reestructuración cognitiva
Entrenamiento en relajación, respiración y
distracción
Técnica de distanciamiento y distracción
Entrenamiento en habilidades de afrontamiento a la ansiedad
Desensibilización sistemática a la preocupación y la ansiedad
Terapia centrada en solución de problemas
Exposición gradual y repetida de todas las situaciones evitadas

Cinco preguntas importantes

¿Se preocupa por temas, según usted reconoce, sobre los que la mayoría de la gente no se preocupa?

¿Encuentra muy difícil dejar de preocuparse?

¿Su preocupación rara vez da lugar a una solución para un problema particular?

¿Cree que si no se preocupa sucederá algo terrible?

¿Se preocupa por no preocuparse?

Diagnóstico diferencial del trastorno

El trastorno por ansiedad generalizada es un disgnóstico que frecuentemente lleva a error, pudiéndose confundir con otros trastornos, como los siguientes:

Trastorno del pánico (la ansiedad se relaciona con la probabilidad de
sufrir un nuevo ataque de ansiedad)

Trastornos de ansiedad social (la ansiedad se refiere a pasarlo mal en público)

Anorexia (ansiedad ante la posibilidad de ganar peso)

Trastorno de ansiedad por enfermedad (ansiedad por el convencimiento de sufrir una grave enfermedad)

Trastorno adaptativo

La mayoría de las personas con TAG tienen creencias positivas acerca de la preocupación, entendida como muestra de responsabilidad o interés, o asumida ya como parte de la persona

Comorbilidad con otros trastornos

El trastorno de ansiedad generalizada suele aparecer junto a otros trastornos, especialmente junto a otros trastornos de ansiedad y del estado de ánimo, como la agorafobia, la fobia social y la fobia específica (Wittchen et al., 1994).

Además, muchas personas con TAG experimentan ataques de pánico ocasionales,que no llegan a cumplir los criterios del trastorno de pánico (Barlow, 1988, 2002). Muchas de estas personas muestran una depresión entre suave y moderada, además de la ansiedad crónica, lo cual no resulta sorprendente a la vista de su sombría visión del mundo (Roemer et al., 2002; Schweizer y Rickels,1996). Tampoco resulta sorprendente encontrar un excesivo consumo de drogas tranquilizantes, de pastillas para dormir y de alcohol, que a menudo complica el cuadro clínico del trastorno de ansiedad generalizada.

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